COMUNIDADES VIRTUALES IV. VALOR SOCIAL Y RIESGOS

UN USO EXCESIVO, UN MAL USO O SIMPLEMENTE DESUSO

No podemos negar el valor social de las redes sociales, sus posibilidades y sobre todo el aspecto social en cuanto a fomento de las relaciones “personales” se refiere. Nos permiten: entrar en contacto con gente de otros países y culturas, mantener el contacto con personas que viven a larga distancia, intercambiar experiencias y conocimientos e incluso dinamizar movimientos culturales y políticos mediante la interacción entre usuarios.

Sin embargo esto no es óbice para que tengamos en cuenta que existen riesgos en su uso y es un riesgo, no calculado, que tiene una doble dirección y  los menores pueden ser víctimas de alguna de las amenazas o también, por desconocimiento, pueden incumplir alguna de las normas referidas a datos o informaciones de otras personas.



¿Existe realmente “adicción” a las redes sociales? Yo diría que sí. Por lo menos en un segmento de la población cada vez más amplio. El tiempo que se invierte en las redes sociales va en aumento, y de forma escandalosa. Para hacernos una idea de ello basta comparar los datos que se manejan en 2016  (aproximadamente unos mil seiscientos millones de usuarios de Facebook) y los usuarios actuales, eso sin contar con la proliferación de otros entornos sociales como: Washap, twitter,... que si en principio tuvieron su caldo de cultivo más propicio en una población joven, hoy ha calado en todos los sectores de la población con más o menos fortuna en cuanto a su provecho.

Escandalizarse por el uso masivo de estas herramientas, maravillosas sin se usan de forma racional, supondría un ejercicio intelectual muy poco coherente. Es el mundo que nos ha tocado vivir y, sería como si nos hubiésemos opuesto a la Revolución Industrial del siglo XIX.

La revolución tecnológica actual, como todas, será traumática, y sus ludinistas están entre nosotros, es irremediable, pero de la misma manera que no podemos ponerles puertas al mar tampoco podemos hacerlo al avance, al desarrollo y sobre todo a la capacidad creativa del ser humano.



Es verdad que actualmente, un cierto sector de la población, en un abanico de edades bastante amplio, estamos haciendo un mal uso de las aplicaciones que de forma “gratuita” disfrutamos en nuestros teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, etc., pero no es menos cierto que esto es un problema que debemos solucionar con educación y formación desde las familias y escuelas.

En este sentido es muy importante el papel que tendrán que jugar los padres. Éstos tienen un reto, el de ponerse a la altura en conocimiento y uso de las nuevas tecnologías. Un reto que no sé si están en condiciones de aceptar actualmente. Pero de lo que no cabe ninguna duda es que dentro de dos generaciones estos problemas, que ahora vemos como irresolubles, serán una mera anécdota como ya lo es la locomotora, el bolígrafo, la máquina de escribir y otros tantos y tantos artilugios que en su día fueron incluso tratados como obras del demonio. Por poner un ejemplo: dentro de muy poco tiempo veremos como algo normal, el uso del móvil en las aulas. Y para esto, me arriesgo a aventurar que no pasarán más de cinco años para que su uso se generalice. Tiempo al tiempo. Pero para ello tendremos que contar con una sociedad educadora y crítica que lo mismo no interesa a ciertos sectores sociales. Esos mismos sectores que en estos momentos nos mantienen atrapados en su redes con un único fin: el de evitar que pensemos.


Pero esto puede ser tema de otro artículo: NADIE DA DUROS A PESETAS

Siempre que la gente aprende algo suficientemente bien, deja de ser consciente de ello.
Mark Weiser

Fuentes consultadas:

Revistas de psicología.
Wikipedia
Página web de donde obtengo las imágenes
http://vivisr201311.blogspot.com.es/

Hasta luego
Paco Gil (@PacoGilBarbate)


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